Nápoles,
Con ocasión de la solemnidad del Patrono de la ciudad de Nápoles, miles de fieles pudieron ser testigos del famoso milagro de San Genaro en la catedral local.
Como todos los años, los asistentes a la Misa esperaron con ansias la licuefacción de la sangre de San Genaro, que ocurre todos los años, desde hace ya varios siglos, durante la solemnidad del santo italiano.
En esta ocasión, la sangre petrificada se volvió líquida nuevamente a las 09:59 a.m. –hora local– ante una gran cantidad de personas que lo atestiguaron, en el acto anunciado por el Arzobispo de la ciudad, Cardenal Michele Giordano.
Según la tradición, San Genaro, quien fuera Obispo de Benevento, sufrió el martirio en el año 305, durante la persecución de Diocleciano.
El milagro de San Genaro consiste en que un poco de la sangre del mártir, que se conserva seca en un pequeña redoma de cristal, se pone a la vista de la cabeza del obispo. Ésta empieza a bullir y a burbujear de una forma muy extraña, como si estuviera fresca y recién hubiera sido derramada.
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