La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) hizo un llamado para que los fieles del país ayuden a las diócesis más pobres afectadas por el paso del huracán Katrina en la costa sudeste de Estados Unidos, especialmente en Mississippi, Alabama y Louisiana.
El Obispo de Spokane y Presidente de la USCCB, Mons. William Skylstad, señaló que “todos los obispos de los Estados Unidos están preocupados por el personal de la Iglesia que se encuentra aislado, trabajando ante grandes adversidades, y tal vez no tan conscientes de que el resto del país está rezando por ellos. Tampoco sabemos si todos están a salvo”.
Asimismo, la USCCB informó que el Obispo de Biloxi, Mississippi, Mons. Thomas J. Rodi, pudo contactarse telefónicamente con su oficina en Alexandria e informó que el 20 por ciento de las parroquias de su diócesis han desaparecido y que un tercio de las escuelas han sido destruidas. También indicó que las rectorías, conventos, escuelas y demás instalaciones de la diócesis han sido dañadas.
“La mayoría de las diócesis” afectadas por el desastre “son diócesis de misiones, en donde se lucha para sobrevivir de la mejor manera posible. Se está intentando lidiar con la adversidad”.
Este tipo de diócesis se sostienen con el apoyo de otras para mantener la vida parroquial básica. Con frecuencia se encuentran en áreas que son muy pobres o que no tienen la población suficiente como para sostenerse con las donaciones de los habitantes.
La USCCB, en conjunto con las organizaciones de caridad católicas de Estados Unidos, han unido esfuerzos para lo que se cree será una de las ayudas más grandes que permita el auxilio de los afectados en la zona de desastre.