MADRID,
El recién ordenado sacerdote católico, P. Evans David Gliwitzki, que durante más de ocho años fue pastor anglicano y permanecerá unido en matrimonio a su esposa con quien tiene dos hijas, declaró esperar que su ordenación no abra las puertas a la abolición del celibato sacerdotal en la Iglesia Católica y descartó que el sacerdocio femenino tenga fundamento alguno en la Sagrada Escritura.
Al explicar los motivos de su decisión de abandonar la comunidad anglicana en la que servía como pastor y pedir su admisión a la Iglesia Católica, Gliwitzki, señaló la aprobación del sacerdocio femenino en dicha confesión. “Yo inicié este cambio cuando se aprobó el sacerdocio de las mujeres en mi anterior iglesia, en 1992”.
“Esto significaba para mi propia fe –y para parte del clero y de los obispos– un problema, ya que creo que nunca debería haber sido aceptado. Por eso pensé: ‘No puedo enfrentar esto aquí, mejor sería que lo dejara’. Y así fue que me marché, pero en buenas relaciones con mi obispo, que estuvo de acuerdo con lo que hacía y me apoyó’”, declaró en una entrevista publicada por el diario ABC de Madrid.
Al ser preguntado sobre las diferencias que encuentra entre no aceptar a las mujeres y ser aceptado él en la Iglesia Católica a pesar de estar casado, el sacerdote reconoció no encontrar fundamentos en la Biblia para el sacerdocio femenino: “Los anglicanos tienen mujeres que celebran la Misa y yo no encuentro ninguna justificación para ello en la Biblia, porque nuestro Señor no eligió a ninguna”.
“Si Él hubiese querido hacerlo, continuó, habría tenido varias muy buenas para elegir. Estaban cerca de él la Virgen María, María Magdalena e Isabel, pero yo creo que Jesús vio que no se trataba de una tarea fácil. Y, a pesar de tanto que se ha hablado, no ha habido, a partir de la decisión de los anglicanos, una gran cantidad de ellas que se ordenara”, dijo Gliwitzki, de 64 años de edad y natural de Zinbabwe.
Asimismo, esta vez en declaraciones a La Razón, el nuevo presbítero manifestó su esperanza de que su caso no influya en la abolición del celibato entre los sacerdotes católicos, pues se trata de una “excepción”.