COLONIA,
Doce de los peregrinos que se encuentran en la ciudad para la JMJ Colonia 2005, almorzaron hoy con el Santo Padre en el Seminario de la Ciudad, como parte de la agenda que cumple en el Pontífice en el marco de este gran evento.
Para este almuerzo, se seleccionaron a dos jóvenes de cada continente –un hombre y una mujer por continente– a quienes se les sumó luego una pareja de alemanes.
“Fue un momento muy especial de compartir entre amigos”, comentó Nicolás Frías, el chileno estudiante de derecho que participó de este almuerzo. “Fue un diálogo muy natural, muy cercano. Me sentía almorzando en mi casa con un invitado”, agregó.
Junto con él, otros once muchachos, cuyas edades iban entre los 18 y 28 años almorzaron con el Pontífice desde la 1:30 pm hasta las 2:50 pm para después llegar a la conferencia de prensa que ofrecieron.
Una de las cosas que más impactó a este joven chileno fue percibir que el Papa se preocupaba de manera personal por cada uno: “conversó conmigo y yo le conté sobre mi vida”, comentó visiblemente emocionado Nicolás, quien durante los últimos seis meses ha trabajado como voluntario para esta JMJ Colonia 2005. “Nos dijo que somos los protagonistas de una nueva etapa de la Iglesia y que es responsabilidad nuestra los rumbos que tome la historia”, enfatizó.
El menú del almuerzo fue simple. Una ensalada, tortilla con verduras y patatas, y un pastel de manzanas al estilo austriaco. “Al Papa le pusieron trucha, pero dijo que no le gustaba el pescado, quería comer lo que a nosotros nos sirvieran”, explicó Frías.