El Presidente de la Comisión de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), Mons. Renato Ascencio León, solicitó a los gobiernos de México y Estados Unidos elaborar “una política binacional para hacer frente a la violencia que afecta a las comunidades” de la frontera.
El Obispo de Ciudad Juárez explicó que si bien existe una división política entre Estados Unidos y México, las comunidades de ambos lados de la frontera son una sola y comparten aspectos positivos y negativos, tales como la violencia. Por ello, indicó, este problema se debe tratar de manera conjunta.
En declaraciones a un medio local, el Prelado recordó que la Carta Pastoral “Juntos por los caminos en la esperanza”, reconoce el derecho natural de los ciudadanos a emigrar, pero también el derecho a encontrar en sus países de origen los medios necesarios para vivir dignamente y no verse forzados a dejar sus hogares.
Mons. Ascencio se abstuvo de opinar sobre el impacto que tendrán las medidas adoptadas por los gobernadores de Nuevo México y de Arizona, Bill Richardson y Janet Napolitano respectivamente, para frenar la migración ilegal, el tráfico de personas y de drogas.
Sin embargo, condenó los programas “fuertemente racistas” de los llamados “Minutemen”, - civiles armados que vigilan la frontera-, así como otros grupos que han aparecido para supuestamente evitar la inmigración ilegal.
“Por sus mismas características no van a terminar ni con la migración ilegal ni con la violencia. Esos grupos no quieren saber nada de personas de otra raza o nacionalidad. Por ello se requiere una acción coordinada de ambos gobiernos”, denunció.