VATICANO,
En un encuentro en Introd, el pasado lunes, con el clero de la diócesis de Aosta, el Papa Benedicto XVI reconoció la situación dolorosa de los casados por la Iglesia y vueltos a casar que desean recibir la comunión eucarística y reveló que, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, habia pedido analizar si la falta de fe en la celebración del matrimonio podría ser “motivo de invalidez” por tratrase de una “dimensión fundamental”.
El diario vaticano L'Osservatore Romano publicó este miércoles el texto completo de la intervención del Papa en la que al hablar de los divorciados que se han vuelto a casar dijo que era "particularmente dolorosa la situación de los casados por la Iglesia, que contrajeron matrimonio por tradición sin ser verdaderamente creyentes y que después, en un nuevo matrimonio no válido, encuentran la fe y se sienten excluidos del sacramento (de la Eucaristía)".
Asimismo, el Santo Padre recordó que cuando era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, invitó a diversas Conferencias Episcopales a estudiar el tema de un "sacramento celebrado sin fe" y de si "realmente se podía encontrar en él un motivo de invalidez porque carecía de una dimensión fundamental". "Es un problema muy difícil –dijo el Papa– y hay que analizarlo bien".
De otro lado, refiriéndose a la crisis de vocaciones en Occidente, explicó que en el mundo occidental "ya no es evidente la necesidad de Dios, tanto menos de Cristo. Por eso se hace difícil creer y si es difícil creer, es mucho más difícil ofrecer la vida al Señor para ser siervo suyo”.
“Este es, ciertamente, un sufrimiento propio de nuestro momento histórico, donde en general las grandes Iglesias aparecen moribundas. Crecen, en cambio, las sectas que se presentan con la certeza de un mínimo de fe. Debemos atravesar este túnel con paciencia, convencidos de que de Cristo es la respuesta y de que al final, su luz brillará de nuevo", señaló.
Posteriormente, el Santo Padre dijo que “en la historia de la Iglesia y en formas diversas siempre ha habido cuestiones que nos han atormentado. ¿Qué podemos hacer? Quisiera decir que el Papa no es un oráculo, y es infalible en contadas situaciones, como se sabe, razón por la que comparto con vosotros preguntas y dudas y también sufro”