MADRID,
El Obispo de Huesca y Jaca, Mons. Jesús Sanz Montes, pidió a “los creadores de opinión de la prensa laicista y los responsables políticos que siguen trabajando a destajo para extirpar cualquier huella cristiana en la sociedad, que no se enfaden”, ante la afluencia masiva de jóvenes a la JMJ Colonia 2005.
En su mensaje titulado “Una estrella brillará en Colonia”, el Prelado precisó que aunque “algunas estadísticas nos insisten en los medios de comunicación habituales que los jóvenes, parece ser, oiga, ya no van la Iglesia y que han dado la espalda al hecho cristiano, lo cierto es que ahí estarán, una vez más”.
“Que no se enfaden los de las encuestas –prosiguió el Obispo– ni los creadores de opinión de la prensa laicista, ni los responsables políticos que siguen trabajando a destajo para extirpar cualquier huella cristiana en la sociedad. Si una vez más, la afluencia sorprendente de tantos jóvenes cristianos desmienten sus cálculos y complican sus previsiones, que no se nos enfaden, por favor”.
Asimismo, Mons. Sanz comentó que “se trata de una convocatoria que nos hace el Papa, y sencillamente acudimos llenos de alegría. Pueden creerme que no nos pagará el Vaticano el viaje, ni nos ofrecerán el socorrido bocata que para tantas otras convocatorias puede funcionar como banderín de enganche. No nos distribuirán pastillas de diseño, no fumaremos –qué sé yo qué– en la pipa de la paz de la alianza de civilizaciones, ni tampoco nos regalarán preservativos o decretarán la barra libre para la píldora del día después”.
Luego de recordar que Jesucristo y su evangelio vivo es quien reunirá a los 800 mil jóvenes que se esperan para esta JMJ Colonia 2005, el Prelado indicó que “esta Iglesia que está viva y que es joven, como dijo Benedicto XVI en el comienzo de su Pontificado, serán quienes vuelvan a proponer a los jóvenes del mundo entero una Verdad que nos hace libres, esa Verdad que tiene rostro y tiene nombre y que se corresponde con las exigencias más bellas y nobles de nuestro corazón”.
“Hay una luz que no engaña, ni nos ciega, sino que nos indica el camino y lo acompaña, hasta el encuentro con el Señor, a quien adoraremos con lo mejor de nosotros mismos. La Iglesia y el Santo Padre nos llaman para ir al encuentro del Señor. Cada uno desde su lugar rece por el fruto de este encuentro. Vayamos así todos a Colonia”, concluyó.