La organización pro-vida Children of God for Life (Hijos de Dios por la Vida), dio a conocer un documento de la Pontificia Academia para la Vida en el que se condena la extracción y el uso de tejidos fetales de bebés abortados en fármacos.
El documento de ocho páginas, titulado "Reflexiones morales acerca de vacunas preparadas a partir de células de fetos humanos abortados", aparece –en inglés– en el sitio web de esta organización http://www.cogforlife.org/vaticanresponse.htm.
Según el escrito, quienes se dedican a esto dentro de la industria farmacéutica son moralmente responsables de ello; y su moral sería casi tan nefasta como la de los abortistas. Asimismo, hace un llamado para que “exista un riguroso control de los productores farmacéuticos”.
“Teniendo en cuenta las enfermedades para las cuales no hay una cura éticamente aceptable, es correcto abstenerse de usar este tipo de vacunas si para hacerlas se ha causado daño a un niño o a la población como un todo”, indica el texto.
El documento establece que los doctores y las familias “deben utilizar la objeción de conciencia y oponerse de todas las formas posibles –por escrito, mediante las asociaciones, usando los medios, etc.– a las vacunas que sin tener una alternativa moralmente aceptable, crean presión para generar una que sí lo sea y que no tenga relación con los bebés abortados”.
La directora ejecutiva de los Children of God for Life, Debra L. Vinnedge, declaró que era problemático para los padres “abstenerse del uso de estas vacunas, simplemente porque no había algo del Vaticano que se refiriera directamente al hecho”.