VATICANO,
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, dijo que las vacaciones de Benedicto XVI, que comenzaron el 11 de julio y se prolongarán hasta el 28 del mismo mes, son “verdaderas vacaciones, pero son vacaciones de trabajo”.
Navarro-Valls contó que el Santo Padre, después de celebrar la Misa y desayunar, lee el breviario para luego encerrarse en su habitación y escribir.
“No diría que está escribiendo una encíclica” afirmó, dando a entender que quizá esté preparando un libro. A media tarde suele hacer una caminata por la zona. El sábado pasado, al regresar a casa, saludó a sus vecinos.
La casa en la que se hospeda, propiedad de los salesianos, es la misma en la que se alojó Juan Pablo II, “y todo sigue siendo como antes, excepto el piano”, que se ha instalado en su estudio.
“Es un amante del piano y estos días –dijo Navarro-Valls–, le he oído tocar sobre todo Mozart”.
Esta tarde, Benedicto XVI visitó el museo dedicado a Juan Pablo II, que se encuentra a unos quinientos metros de la casa en la que se aloja. El Papa recorrió las salas del museo, inaugurado en 1996, que recoge objetos personales usados por Juan Pablo II durante sus vacaciones en las montañas alpinas.