MADRID,
En una carta dirigida a toda la Congregación Salesiana, el Rector Mayor de esta comunidad, Padre Pascual Chávez, renovó el compromiso de los salesianos en la evangelización a través de la comunicación social.
El Padre Chávez tituló su carta “Con el coraje de Don Bosco, en las nuevas fronteras de la Comunicación Social”, y recuerda que “la comunicación social es uno de los campos prioritarios de la misión salesiana”, como pone de manifiesto el trabajo de San Juan Bosco en este ámbito.
Luego de expresar renovadamente su adhesión al Papa Benedicto XVI a quien "acogemos con afecto y acompañamos en su ministerio con la oración, como haría Don Bosco, y le prometemos fidelidad y colaboración", el Rector Mayor anima a sus hermanos salesianos a estar presentes en las nuevas fronteras de la comunicación social, a la vez que analiza el patrimonio salesiano sobre comunicación, los desafíos de la nueva cultura y ofrece algunas orientaciones operativas en dicho campo.
Refiriéndose a Don Bosco, el Rector Mayor recuerda el 120º aniversario de una carta que escribiera el fundador de los salesianos sobre “la difusión de los buenos libros”, la cual considera un “verdadero manifiesto de la comunicación social para la Congregación”, destacando que este aniversario salesiano, la aparición del documento de Juan Pablo II “El rápido desarrollo”, y el aniversario de la promulgación del decreto conciliar de Vaticano II Inter Mirifica, suponen una especial “oportunidad de escribir sobre este tema”.
El documento también analiza los desafíos que plantea la comunicación social, entre los que destaca el desarrollo tecnológico, especialmente de Internet, las novedades mediáticas y técnicas y las características de la nueva cultura digital, como la visión polifónica de la realidad, el nomadismo, la dependencia tecnológica o la brecha digital.
Estas nuevas tecnologías y estructuras mediáticas lanzan un reto serio a la educación, ámbito propio de la acción salesiana, que según señala el Padre Chávez, crean una nueva cultura que puede definirse como la cultura de la acción, de los procesos, del encuentro, del compartir y el intercambio, y de los sentidos. Ante ello lanza la pregunta “¿qué estamos comunicando como Congregación con nuestro estilo de vida y nuestras opciones institucionales?” al tiempo que invita a “escoger terrenos y estrategias diversas para proponer algo alternativo a la cultura dominante” y a crear “estructuras ligeras de comunicación, fuertemente motivadas pero extremadamente flexibles”, sin olvidar las “formas de comunicación interpersonal y de grupo”.