BUENOS AIRES,
El Obispo de Puerto Iguazú, Mons. Joaquín Piña, señaló que la muerte del Papa Juan Pablo II “hizo entender a muchos que la Iglesia estaba viva. Y con mucha vida, mucha fuerza”.
El Prelado también afirmó que si bien se muere un Papa, “la Iglesia continúa, y después de 2 mil años sigue siendo joven. Al menos así la quiero ver yo, a mis 75 años".
"Pero esa juventud no es por maquillaje, ni porque el Papa sea viejo o sea joven. La eterna juventud de la Iglesia tiene otra explicación. No son los hombres que pasan. Juan Pablo hizo mucho, pero se murió, y todo el mundo asistió a su larga agonía. El nuevo Papa ha sido elegido a sus 78", acotó.
Mons. Piña explicó que la juventud de la Iglesia “viene del Espíritu Santo, que es el que, en definitiva, la guía. No son tanto los hombres" y criticó que a Benedicto XVI se le haya calificado de “tradicionalista, duro, germánico". Comentó además que es “peligroso anticiparse a tanto en los juicios".
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