ROMA,
Esta noche se abrió oficialmente en la Basílica romana de San Juan de Letrán, el proceso de beatificación del Papa Juan Pablo II, con una solemne ceremonia en la que se recordó la vida y legado de “El Grande”.
En su discurso, el Vicario de Roma, Cardenal Camillo Ruini, aseguró que es “unánime y universal el convencimiento de la santidad” del difunto Papa.
El Purpurado sintetizó el legado de Juan Pablo II a través de “su amor por la Humanidad, que llevó a una obra incansable para evitar las guerras y restablecer la paz; para asegurar a los pueblos más pobres, a los últimos de la tierra, una esperanza de vida y de desarrollo; para defender la dignidad de la persona, desde su concepción hasta su muerte natural”.
El Cardenal Ruini recordó la vida del fallecido Pontífice y destacó el impacto que en su vida sacerdotal tuvo la Segunda Guerra Mundial, los duros años del comunismo en Polonia y las enseñanzas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
El Vicario de Roma evocó las primeras palabras de Juan Pablo II al inaugurar su pontificado: “No tengáis miedo; abrid de par en par las puertas a Cristo”y lo consideró “una persona de gran profundidad espiritual”.
Asimismo, precisó que hasta el último momento de su vida, sus dolores fueron un testimonio para la humanidad sobre el significado cristiano del sufrimiento y la muerte. “Por ello, los días de sus exequias fueron para Roma y el mundo días de extraordinaria unidad, de reconciliación, de apertura del alma a Dios”, agregó.