ROMA,
Una religiosa, identificada sólo como Sor María Cristina, fue la protagonista de la primera conversación de un Papa por teléfono celular en público. Ayer, Benedicto XVI no dudó en aceptar el pedido de un peregrino en silla de ruedas y tomó su móvil para hablar con la religiosa, que padece un cáncer terminal.
Sor María Cristina, de 44 años de edad, declaró a la prensa que su enfermedad la obliga a mantener reposo y por eso no ha podido conocer al nuevo Papa. “No he podido ir al Señor y el Señor ha venido a mí. Saber que Dios a través de sus ministros está cerca de mí ha sido grandioso”, indicó.
Para la religiosa, escuchar la voz del Papa “fue como vivir un sueño, que se hacía realidad. Me preguntó cómo estaba y me pidió que estuviese tranquila y que rezaría por mí. Lo que más me sorprendió es que se acordó de mi nombre y me llamó Sor María Cristina como si ya nos conociésemos”.
El gestor de la conversación fue el asesor del Ayuntamiento de Angri (sur de Italia), Emilio Testa, quien se encontraba ayer en las primeras filas de la audiencia general. Testa explicó que sabía que sor Maria Cristina soñaba con saludar al Papa y ante la sorpresa de los colaboradores del Pontífice, cuando lo tuvo cerca no dudó en pedirle una oración por una religiosa enferma en fase terminal y la posibilidad de saludarla con el móvil.
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