BUENOS AIRES,
El Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Salvador Castagna, señaló que es imposible que “la Iglesia baje el volumen de su prédica”, en medio de una “ensordecedora campaña que intenta vanamente acallarla”.
Mons. Castagna indicó que “nuestra sociedad necesita recuperar el conocimiento y la conciencia de que la gracia de Cristo está a la mano de toda persona de buena voluntad y que es imposible que la Iglesia, en sus pastores y laicos comprometidos, baje el volumen de su prédica”.
Añadió que “en veinte siglos ha debido enfrentar la intriga y el odio de sucesivos y ocasionales enemigos. No aflojará ahora. La presentación de la verdad es un gravísimo deber de la Iglesia, aún en medio de crueles persecuciones. Es una Iglesia que cree en la presencia viva de Jesucristo y en la acción fiel de su Espíritu. Su misión, en los asuntos temporales, es exigencia inexcusable de la ley que profesa."
"Acabamos de celebrar el Corpus y paseamos el Santísimo Sacramento por las calles de nuestros pueblos y ciudades. ¿Nuestro propósito? Que se produzca un encuentro con Jesucristo. Que incluso hasta los más indiferentes tengan la oportunidad de entablar con Él una relación trascendente y renovadora", declaró el Arzobispo de Corrientes.
Para Mons. Castagna es urgente que Cristo sea presentado públicamente. “No podemos disimular los graves obstáculos a la evangelización que las actuales culturas presentan. Los hallamos en las comunidades más reducidas, como un clima tóxico que contamina a todos, sin exceptuarlos por razón de su nivel cultural o económico. Pienso en los dirigentes religiosos, asistidos por una doctrina que inspira y corrige comportamientos; también en los docentes, en los protagonistas principales de la política, de la economía, de la ciencia, de la justicia y de la seguridad", argumentó el Prelado.
El Arzobispo afirmó que el creyente cristiano, agente en cualquiera de esos rubros asume una responsabilidad evangelizadora que no tiene parangón. “Es urgente que cobre conciencia de esa responsabilidad. La frialdad que se comprueba en una sociedad que con un porcentaje tan alto de bautizados que desconoce la Palabra y ha perdido contacto con los Sacramentos. La Iglesia debe recuperar el trato misericordioso que necesitan los destinatarios de su acción", manifestó.