OTTAWA,
Según recientes investigaciones publicadas por el Canadian Medical Association Journal, en el país existen 22 casos reportados de una nueva variante de la clamidia, el linfogranuloma venéreo (LGV). Todos los afectados por esta enfermedad de transmisión sexual (ETS) son hombres homosexuales o bisexuales que tienen una vida desordenada y promiscua.
El LGV está expandiéndose entre los hombres que sostienen relaciones sexuales con desconocidos en los baños públicos –la más reciente variación de encuentros pactados en salas de chat en Internet– y está siguiendo un proceso muy similar al del SIDA cuando apareció en los baños de San Francisco durante la década de los 80s.
A diferencia del HIV –virus causante del SIDA– el LGV es una infección bacterial que sí tiene cura. El problema radica en que los primeros síntomas, que consisten en pequeñas lesiones dolorosas en los genitales y en los ganglios, no son familiares para la gran mayoría de médicos.
Además, la infección con LGV incrementa el riesgo de contagiarse y contagiar el HIV y la hepatitis, particularmente porque genera estas llagas purulentas, permitiendo que cualquier virus entre con facilidad en el torrente sanguíneo.
"Éste es un importante reto para la salud pública y la medicina”, indicó el Dr. Thomas Wong, director de la división de infecciones adquiridas de la Agencia de Salud Pública de Canadá.
Según el médico, la aparición de una nueva ETS refleja el resurgimiento de la conducta sexual riesgosa que se origina en “el hartazgo del sexo seguro”, la popularidad de las drogas en las fiestas que “desinhiben” a las personas y el incremento del sexo anónimo.