VATICANO,
El Papa Benedicto XVI invitó a los fieles presentes en la Misa de clausura del XXIV Congreso Eucarístico Nacional en la ciudad de Bari a vivir de corazón el perdón como único camino hacia la plena cominión con Dios y los hombres.
Refiriéndose a la dimensión comunitaria de la Eucaristía el Santo Padre destacó que “el Cristo que encontramos en el Sacramento es el mismo aquí en Bari como en Roma. Es el único y mismo Cristo que está presente en el Pan eucarístico de cada lugar de la tierra. Esto significa que nosotros podemos encontrarlo solo junto con todos los otros. Podemos recibirlo solo en la unidad”.
“La consecuencia es clara- continuó- no podemos entrar en comunión con el Señor, sino lo hacemos entre nosotros. Si queremos presentarnos a Él, debemos también movernos para ir los unos al encuentro de los otros. Por esto es necesario aprender la gran lección del perdón: no dejar trabajar en el alma al resentimiento, sino abrir el corazón a la magnanimidad de la escucha del otro, de la comprensión en su confronto, de la eventual aceptación de sus disculpas, del generoso ofrecimiento de las propias”.
Relacionando la Eucaristía con la unidad de los cristianos, el Santo Padre recordó que “lamentablemente los cristianos están divididos, justamente en el sacramento de la unidad. Cuanto más debemos, sostenidos por la Eucaristía, sentirnos estimulados a tender con todas las fuerzas a aquella plena unidad que Cristo ha ardientemente auspiciado en el Cenáculo”.
Y tras estas palabras reafirmó su voluntad de “asumir como compromiso fundamental aquello de trabajar con todas las energías por la reconstitución de la plena y visible unidad de todos los seguidores de Cristo”.
“Se necesitan gestos concretos que entren en las almas y muevan las conciencias, solicitando a cada uno a aquella conversión interior que es el presupuesto de todo progreso en la vía del ecumenismo”, agregó.