VATICANO,
Durante la celebración de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo celebrada en la explanada exterior de la Basílica de San Juan de Letrán, el Papa Benedicto XVI destacó la necesidad de todo cristiano de encontrarse con Cristo para poder anunciarlo a todas las naciones.
El Santo Padre hizo referencia a la relación entre la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo y la celebración del Jueves Santo afirmando que “en esta celebración la Iglesia revive el misterio del Jueves Santo a la luz de la Resurrección”.
“En la procesión del Jueves Santo –agregó- la Iglesia acompaña a Jesús al Monte de los Olivos. Es deseo de la Iglesia orante velar con Jesús, no dejarlo solo en la noche de la traición, de la indiferencia de tantos. En la fiesta de hoy retomamos esta procesión en el gozo de la Resurrección”.
El Pontífice destacó que “el Señor ha resucitado y nos precede” en dos direcciones: “La primera es hacia Galilea” invitando a todos a la evangelización, a la comunicación del Evangelio a todos los pueblos; la segunda es “hacia el Padre” pues Jesús “sube a la altura de Dios y nos invita a seguirlo”.
Estas dos direcciones “Indican juntas el camino del seguimiento de Cristo. La verdadera meta es la comunión con Cristo. Podemos llegar a vivir con Cristo por las calles de Galilea, llevando el Evangelio a todas las naciones, llevando el don de su amor a los hombres de todos los tiempos”.
Refiriéndose explícitamente a la procesión que tuvo lugar inmediatamente después de la Misa, el Papa explicó que ésta “responde en modo simbólico el mandato del Señor en Galilea de llevar el Evangelio al mundo”.