MADRID,
El analista católico Alex Rosal advirtió que la “inquisición rosa” que actualmente está en el poder en España, con su lenguaje imperativo, su actual status de legalidad y su capacidad para cambiar el significado de las palabras, significa el final de la democracia y la imposición de la dictadura.
El periodista, responsable del semanario Fe y Razón, advirtió la tiranía en el poder que ejerce hoy el colectivo homosexual en España. “Es la inquisición rosa que está en el poder. Se nota. Su lenguaje es imperativo: ‘La ley hay que cumplirla’”.
“Instalados en el poder y legislando desde Chueca –barrio madrileño famoso por la notoria presencia de homosexuales– son gente de ley y orden. Mucho me temo que el siguiente paso será tomar el ejemplo de Suecia y legislar una nueva ley al estilo de ‘vagos y maleantes’ para meter en el trullo a todo retrógrado, facha, fascista, católico, antiguo, anormal o sátrapa que se resista a acoger por las buenas esa estupenda nueva religión” montada por dirigentes socialistas “y sus obispos gays del colectivo”, señaló Rosal en un artículo aparecido en el diario La Razón.
“Así terminan las democracias. Se comienza limitando la libertad de expresión, metiendo a la gente en prisión en aras a la convivencia, la no discriminación y bla, bla, bla, para acabar imponiendo una dictadura”, añadió.
En el artículo titulado “La inquisición rosa está en el poder”, el reconocido periodista catalán advirtió que “ahora le toca el turno a la inquisición rosa. Si este potente colectivo ha logrado hacer bueno que la acepción tradicional de matrimonio cambie de significado, creo posible, si otros no lo remedian”, que próximamente los lobbystas “reclamen, primero, e impongan, después, a la Iglesia, ‘peinar’ la Biblia, o mutilar suavemente toda referencia a la homosexualidad. Tiempo al tiempo”.
Por último, adelantó que “se ciernen negros nubarrones para la libertad de expresión. Si en la civilizada Suecia van a meter en prisión a un pastor protestante por decir lo que dijo, en España, que a progresismo no nos gana nadie, ya pueden ir preparando más espacio en Carabanchel”, el famoso penal madrileño.