ROMA,
Vestido como sacerdote, el Papa Benedicto XVI dejó hace unos días el Vaticano para visitar sorpresivamente el café romano que frecuentaba cada mañana para despedirse de los meseros que por años lo atendieron.
Según reveló el sacerdote Joaquín Alliende, asistente eclesiástico de Ayuda a la Iglesia Necesitada, el día en que su hermano Georg regresó a Alemania tras visitarlo, Benedicto XVI vistió sotana negra y no blanca, salió del Vaticano y concurrió al café donde cada mañana tomaba un capuchino.
Benedicto XVI simplemente se escabulló de la seguridad vaticana sin que los agentes se dieran cuenta.
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