BUENOS AIRES,
Al presidir una Eucaristía por el Día de los Trabajadores, el Arzobispo de Rosario, Mons. Eduardo Mirás, advirtió que “la avidez de riquezas” amenaza el bien fundamental del trabajo y trae “la consiguiente injusticia con los más desamparados”.
En su homilía, el Prelado señaló que una de las expresiones de esta injusticia es el desempleo, que daña al individuo, la familia y la sociedad. Asimismo, explicó que el trabajo debe estar ajustado “a las necesidades de las personas y a sus condiciones de vida”; así como buscar una “equidad entre el bien particular y el bien común” que vele por los derechos del trabajador y por la obligación de éste hacia la comunidad.
Durante la Misa, celebrada en la parroquia San José Obrero, el Prelado recordó que la Iglesia proclama el valor del trabajo, su dignidad y necesidad “para el desarrollo de la persona”; gracias al cual “se construye la sociedad, se conforma la vida familiar y se establece el orden político”.
Dirigiéndose a los feligreses, Mons. Mirás indicó que el 1 de mayo es para los cristianos “una convocatoria a la oración a Dios” para que conceda un país basado “en la justicia verdadera” y encaminado “a una justa distribución de la riqueza”.
El Arzobispo de Rosario pidió a la feligresía orar para que en Argentina “no exista inseguridad de permanencia en los empleos, ni jornadas abusivas, ni sueldos de miseria, ni falta del descanso merecido para permanecer con la familia”. Además, indicó el Prelado, debe existir en los trabajadores un compromiso de verdadera laboriosidad.
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