VATICANO,
En su primera visita oficial fuera del Vaticano, el Papa Benedicto XVI llegó a la basílica de San Pablo de Extramuros y desde ahí pidió a Dios que le conceda el “empuje misionero” de su antecesor.
“Quiera Dios concederme también a mí el empuje misionero de Juan Pablo II” para que “no me dé paz frente a la urgencia del anuncio evangélico en el mundo de hoy”, dijo el Pontífice durante su homilía en la basílica y consideró que la intensa actividad del “Papa misionero” es “inimitable”.
Asimismo, señaló que “está a la vista de todos el ejemplo de mi amado predecesor" y comparó su dinamismo con el de San Pablo.
También explicó que al inicio del tercer milenio, la Iglesia "siente con renovada fuerza que el mandato misionero de Cristo es más actual que nunca".
Luego de rezar unos minutos ante la tumba del Apóstol de los Gentiles, el Papa explicó que su homenaje es "un peregrinaje, un gesto de fe que cumplo en mi nombre y también en el de la diócesis de Roma".
En su homilía, aseguró que el siglo XX ha sido "un siglo de martirio" y es lícito esperar "un reflorecimiento de la Iglesia".