LIMA,
Hace 19 años, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, visitó Perú y por iniciativa propia se encontró con una de las poblaciones más pobres del país. Hoy los peruanos celebran la elección papal de Benedicto XVI, un personaje que en estos lugares es recordado por su humildad y generosidad.
El Cardenal Ratzinger llegó a Perú en julio de 1986, un año después de la primera visita del Papa Juan Pablo II al país para cumplir actividades académicas. Se reunió con el entonces presidente Alan García y fue condecorado con dos doctorados Honoris Causa de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, y la Pontificia Universidad Católica.
Quedó tan impresionado por la pobreza de algunas zonas de la capital que deseó visitar Villa El Salvador, el barrio marginal que acogió a Juan Pablo II en una multitudinaria cita. El entonces Obispo Auxiliar de Lima, Mons. Germán Schmidt, pidió a Mariano Rojas que lo guiara por la zona durante cinco horas a bordo de un vehículo de transporte público.
El Cardenal Ratzinger quería conocer las casas de esteras y visitar alguna familia. Fue así como llegó al hogar de Emérita Cabrera Toro, quien padecía cáncer de mama en fase terminal.
Emérita perdió a su esposo en un accidente un mes antes de la visita. Fue arrollado por un camión en la carretera aledaña y tenía cuatro hijos a su cargo. A pesar de su enfermedad daba todos los jueves catequesis a los vecinos de la zona.
"El Cardenal Ratzinger se enteró de esto, la visitó, sus ojos se nublaron, su corazón se ablandó y estamos seguros que él lloró viendo la pobreza de esta familia y la vocación de servicio de esta señora que, pese a tener cáncer terminal, daba catequesis a los vecinos", indicó el chofer.