VATICANO,
En un clima de solemne reserva y recogimiento, los 115 cardenales electores comenzaron oficialmente el proceso de elección de un nuevo Pontífice en la Capilla Sixtina. El Vaticano permitió que las cámaras de televisión difundieran el juramento de todos los electores y luego se cerraron las puertas del recinto para una última meditación.
Luego de la Misa Pro Eligendo Pontifice, presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Joseph Ratzinger, en la Basílica de San Pedro, los cardenales se dirigieron en procesión a la Capilla Sixtina.
Ahí, el Cardenal Ratzinger leyó en voz alta la siguiente fórmula:
“Todos y cada uno de nosotros cardenales electores presentes en esta elección del Sumo Pontífice prometemos, nos obligamos y juramos observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones contenidas en la Constitución Apostólica del Sumo Pontífice Juan Pablo II, Universi Dominici Gregis, emanada el 22 de febrero de 1996”.
“Igualmente, prometemos, nos obligamos y juramos que quien quiera de nosotros que, por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desempeñar fielmente el 'munus petrinum' de Pastor de la Iglesia universal y no dejará de afirmar y defender denodadamente los derechos espirituales y temporales, así como la libertad de la Santa Sede”.
“Sobre todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y con todos, tanto clérigos como laicos, el secreto sobre todo lo relacionado de algún modo con la elección del Romano Pontífice y sobre lo que ocurre en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio; no violar de ningún modo este secreto tanto durante como después de la elección del nuevo Pontífice, a menos que sea dada autorización explícita por el mismo Pontífice; no apoyar o favorecer ninguna interferencia, oposición o cualquier otra forma de intervención con la cual autoridades seculares de cualquier orden o grado, o cualquier grupo de personas o individuos quisieran inmiscuirse en la elección del Romano Pontífice”.