CRACOVIA,
Cerca de 300 mil personas procedentes de todos los rincones de Polonia se reunieron en la Plaza Pilsudski de Varsovia, en una Misa de Requiem por el querido Papa Juan Pablo II.
En una Polonia donde las banderas ondean a media asta, las autoridades eclesiásticas levantaron hoy en Varsovia un altar en la plaza Pilsudski donde se celebró una Eucaristía presidida por el Cardenal Josef Glemp, quien recordó que había sido en este mismo lugar en junio de 1979, “donde todo se había iniciado, con las palabras del Santo Padre ‘Ven Espíritu Santo y renueva la faz de esta tierra’. Juan Pablo hoy nos llama a estar unidos nuevamente, pero esta vez para rezar por él, para agradecer a Dios por el don de este Papa, por sus enseñanzas y por el modo en que vivió su vida”.
Desde un altar decorado con flores blancas y rojas, los colores nacionales polacos, así como amarillas y blancas, los colores de la insignia vaticana, el Cardenal Glemp se dirigió a una enorme multitud en la que también se encontraba el presidente polaco, Aleksander Kwasniewski y el primer ministro Marek Belka. En toda la ciudad ondeaban banderas de ambos estados con ribetes negros. El gobierno ha declarado duelo nacional hasta el sepelio del Pontífice.
Wadowice, ciudad natal de Karol Wojtyla, seguía rezando ayer con fervor por el difunto Papa mientras a duras penas intentaba recobrar la normalidad. A pesar del dolor, sus habitantes acudieron a sus puestos de trabajo y los comercios abrieron sus puertas. Sin embargo, cualquier momento libre no dejaba de ser aprovechado para depositar flores y encender velas ante la estatua de Juan Pablo II.
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