Distintas organizaciones pro-vida alrededor del mundo expresaron su dolor y recordaron el esfuerzo del Santo Padre en la incansable lucha por la vida, luego su tránsito a la casa del Padre, ocurrido el día sábado 2 de abril a las 9:37 p.m., hora de Roma.
El Padre Frank Pavone, director de Priests for Life, señaló que “hoy despedimos al Papa Juan Pablo II el Grande, el Papa de la vida. Sus enseñanzas guiarán y nutrirán a la Iglesia por siglos. Particularmente sus enseñanzas sobre la santidad de la vida, especialmente del no-nacido, resonarán en nuestras conciencias para construir una cultura de vida”.
La fundadora de Concerned Women for America (CWA), Beverly La Haye, declaró que “este Papa fue una fuerza vital en la defensa de la vida, el matrimonio, la familia. Su extraordinario liderazgo y valor han fortalecido todo el cristianismo. El Papa se ha opuesto sin tregua a la cultura de muerte y ha defendido la santidad de la vida y el derecho a la libertad”.
Por su parte, Wanda Franz, presidenta del Comité Nacional por el Derecho a la Vida, indicó que el Santo Padre “fue una incansable voz en favor del no-nacido, los discapacitados y los ancianos; así como también un gran defensor del derecho a la vida. Su férrea oposición a los males como el aborto, el infanticidio y la eutanasia; estaba fundada en la compasión y en el amor. Lo vamos a extrañar muchísimo”.
De otro lado, la presidenta de la Coalición Cristiana Estadounidense, Roberta Combs, dijo del Pontífice que fue “un gran campeón para los no-nacidos y discapacitados. El Papa y la Iglesia Católica declararon que la muerte de Terri Schiavo fue ‘eutanasia’ y condenó a quienes se esforzaron por lograrlo. El Papa Juan Pablo II es un gran héroe para el movimiento pro-vida”.
“Por más de 26 años el Papa ofreció un valeroso e incansable liderazgo al defender y promover el derecho a la vida de todas las personas: los no-nacidos, ancianos, moribundos, discapacitados y pobres”, señaló la presidenta de Feministas por la Vida, Serrin Foster.