VATICANO,
Al iniciar el tradicional Via Crucis de Viernes Santo, el Cardenal Camillo Ruini, Vicario de Su Santidad para la Ciudad de Roma, leyó un emotivo mensaje enviado por el Papa Juan Pablo II con ocasión de la celebración de la Vía Dolorosa en el día de la Pasión del Señor.
El mensaje del Santo Padre, que se sigue recuperando de su última intervención, dice:
“Hermanos y Hermanas: estoy con ustedes espiritualmente en el Coliseo, un lugar que evoca en mí tantos recuerdos y emociones, para cumplir el sugestivo rito del Via Crucis, esta tarde de Viernes Santo”.
“Me uno a vosotros en la invocación tan llena de significado: ‘Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi, quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum’ (te adoramos Cristo y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo). Sí, adoramos y bendecimos el misterio de la cruz del Hijo de Dios, porque es precisamente de aquella muerte que ha surgido una nueva esperanza para la humanidad”.
“La adoración de la Cruz nos remite a un compromiso del cual no podemos sustraernos: la misión que san Pablo expresaba con las palabras ‘Completo en mi carne aquello que falta a los padecimientos de Cristo, a favor de su cuerpo que es la Iglesia’. Ofrezco también yo mis sufrimientos, para que el designio de Dios se cumpla y su palabra camine entre la gente. También me encuentro cercano a cuantos, en este momento, son probados por el sufrimiento. Oro por cada uno de ellos”.
“En este día memorial de Cristo crucificado miro y adoro con vosotros la Cruz y repito las palabras de la liturgia: ‘O crux, ave spes unica!’ ¡Salve, oh Cruz, única esperanza, danos paciencia y valor y obtén al mundo la paz!