BUENOS AIRES,
“Hay mucha gente, bautizada en la Iglesia Católica, que tiene vergüenza de hablar” de Cristo en público, advirtió el Obispo de Quilmes, Mons. Luis Stöckler, y recordó que la religión no es un asunto privado.
El Prelado recordó que en su entrada triunfal a Jerusalén muchos se preguntaron quién era Jesús. Indicó que el creyente no debe dar una respuesta emocional si no quiere repetir la conducta de aquellos que el domingo gritaron: Hosanna y el viernes: Crucifícalo.
El Obispo explicó que quienes quieren silenciar el mensaje cristiano “siguen actuando con prepotencia para imponer sus proyectos”. Por ello, animó a los feligreses a no tener vergüenza de proclamar el Evangelio y de testimoniarlo en el ámbito público.
Señaló que “los parámetros que rigen en la sociedad” permiten hablar de cualquier tema menos de religión, a menos que sea “en tono polémico”, haciendo alusión a supuestas riquezas del Vaticano, el celibato de los sacerdotes o que la Iglesia no debe inmiscuirse en política. Mons. Stöckler denunció que en este contexto, hasta el ramo que se utiliza en Domingo de Ramos es aceptado “como una costumbre piadosa o una protección contra maleficios”.
“No nos debe extrañar que los discípulos de Jesús se encuentren con la resistencia y el rechazo de los que no aceptan la ley de Dios”, afirmó. Sin embargo, el Prelado destacó que quienes “creen en El, serán capaces de resistir la presión y el miedo, y a testimoniar su fe con valentía en un ambiente hostil”.
El Obispo de Quilmes explicó que Jesucristo, como en aquel entonces, “se manifiesta públicamente pero no impone su autoridad por la violencia”, sino que decide tomar “la condición de servidor” para con humildad presentarse delante nuestro; “apelando a nuestra libertad para ser reconocido como el Hijo de Dios” que vino a salvar a la humanidad.