VATICANO,
Al intervenir en el Seminario Internacional sobre los Derechos Humanos de los Prisioneros que se celebra en Roma, el Cardenal Renato Martino, Presidente del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” insistió en que los reclusos que purgan penas por haber actuado contra la ley y la sociedad, aún conservan la plena dignidad de hijos de Dios.
“La reclusión –dijo el Purpurado- no separa jamás del amor de Dios y por tanto, de la dignidad de la persona humana, que de ese amor deriva y en ese amor se enraíza”, dijo el Cardenal, quien participa del seminario de dos días organizado por el Pontificio Consejo “Justicia y Paz” y la Comisión Internacional de la Pastoral Penitenciaria Católica (ICCPPC).
“El encarcelado tiene derecho a ser considerado una persona. Lejos de permanecer abstracta, esa consideración debe animar la política y el derecho, las instituciones sociales de prevención y las reglas carceleras, la intervención en las cárceles de los organismos de la sociedad civil”.
No obstante, agregó: “Desgraciadamente, en el mundo se verifican situaciones de encarcelamiento y modalidades de detención incluso previas al juicio, en el sentido de que no incluyen aún la tutela más elemental de los derechos de la persona”.
Al final de los trabajos, el cardenal Martino leyó un telegrama enviado en nombre del Santo Padre por el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado: “Su Santidad auspicia vivamente que las jornadas de reflexión contribuyan a afirmar el respeto debido a la permanente dignidad humana del individuo que ha violado la ley, para que siga sintiéndose parte de la sociedad y se comprometa a reintegrarse en ella”.
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