ROMA,
En una carta enviada al P. Julián Carrón, Director de la Fraternidad “Comunión y liberación” por el fallecimiento de su fundador, Mons. Luigi Giussani, la Presidencia internacional de la Obra de Schoenstatt expresó su “profunda condolencia” y “agradecida memoria de las grandes cosas que Dios obró en su vida”.
En nombre de la Presidencia internacional de la Obra de Schoenstatt, el Padre Ángel Strada recordó que en septiembre de 1985, Don Giussani participó en las celebraciones del centenario del fundador de Schoenstatt, P. José Kentenich, encuentro que despertó en todos un sentimiento de enorme sintonía.
“Los sucesivos contactos con él en ocasión de los congresos mundiales de los Movimientos y en otros acontecimientos eclesiales reforzaron nuestra convicción de estar en presencia de un hombre de Dios, de un instrumento del Espíritu que es fuente de comunión y de fraternidad en Cristo”, destacó el P. Strada.
“Le agradecemos a Dios la gracia de haberlo conocido. Y le pedimos que su espíritu continúe vivo y actuante en su fundación, para fecundidad de la misma y para bien de toda la Iglesia”, agregó.
Asimismo, el P. Strada destacó que “la experiencia viva del amor de Cristo lo transformó en testigo y mensajero suyo en el mundo de hoy. Con su ejemplo de vida y con su palabra a miles de hombres y mujeres les mostró el camino para el encuentro con el Dios encarnado, actuante también hoy en los corazones humanos y en las culturas de los pueblos”.
“El Espíritu Santo lo impulsó en el seno de la Iglesia a ser fundador y padre de una Fraternidad que promueve la comunión y busca la liberación plena. Con inagotable energía y amor apasionado consagró todas sus fuerzas a esta vocación. Saber que Don Giusssani ya ha alcanzado la meta para la cual vivió es motivo de un Magnificat. Saber que desde el cielo continuará siendo guía e eficaz intercesor es motivo de consuelo y de esperanza”, agrega la carta.