VATICANO,
"Queridos hermanos y hermanas de nuevo me dirijo a ustedes desde el Gemelli. Os agradezco con afecto y os siento a todos cercanos. Pienso en los que estáis reunidos en la plaza de San Pedro y a los que desde todos las partes del mundo se interesan por mí. Os pido que sigáis rezando por mí". Con estas palabras, el Sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. Leonardo Sandri, empezó en nombre del Papa Juan Pablo II la reflexión del Ángelus dominical.
En el texto, el Santo Padre recordó que este tiempo de cuaresma ayuda a comprender mejor el valor del sufrimiento, "que en un modo u otros nos llega a todos".
“Mirando a Cristo y siguiéndolo con paciente confianza logramos comprender como cada forma humana de dolor encierra en sí una promesa divina de salvación y de gozo”, indicó.
El Papa tuvo en su pensamiento a los que sufren y reiteró su entrega a la Virgen María, Madre de la Iglesia. “¡Totus tuus! Que Ella nos ayude en cada momento de la vida a cumplir con la santa voluntad de Dios”, concluyó.
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