VALLADOLID,
En su carta pastoral titulada “Educamos a los hijos” con ocasión de la XXI Semana de la Familia, el Arzobispo de Valladolid, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, hizo un llamado para que las familias “planteen modelos de vida que introduzcan a los hijos en la edad adulta y los guíen en gestos de auténtica dedicación al prójimo”.
El texto –centrado en los aspectos educativos de la institución familiar– consta de dos partes. La primera de ellas dedicada a analizar la actual crisis de los valores de maternidad y paternidad; y una segunda que recoge los denominados “lugares para la educación”.
En su carta, el Arzobispo exhortó a las familias a que ejerzan su “libertad para decir no” a la moda impuesta por tipos de familia “escuálidos” y recordó que, para ser hijos, es preciso contar con “un padre y una madre”, así como una familia donde se viva “un clima de amor, de entrega, de cariño y de ejemplo”.
Asimismo, el Prelado mostró su preocupación porque “esta familia verdadera es combatida por una cultura individualista” que “tiende al egoísmo”; y denunció los actuales “pseudovalores del éxito, el divertimento y el pasatiempo”, así como la proliferación de “tantas peleas callejeras, tanto gamberrismo y vandalismo, tantos embarazos no queridos y tantas píldoras del día siguientes pedidas o exigidas tras los fines de semana”.
Ante estos problemas –agregó el Prelado– los responsables sociales y políticos “frecuentemente sólo saben repartir preservativos”... pero “¿quién atiende el problema fundamental de esos adolescentes y jóvenes que están interiormente construidos sobre la única búsqueda de satisfacerse a sí mismos y satisfacer como puedan sus pulsiones sexuales?”, preguntó.
Finalmente, el Arzobispo afirmó que “hoy, jóvenes y adultos están colmados de muchas cosas, pero son pobres en espiritualidad; están llenos de experiencias sexuales, pero pobres de amor e incapaces de amar”.