VATICANO,
Con ocasión de la 52º Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra, celebrada este 30 de enero, el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud publicó un mensaje donde denunció la “absurda marginación” a personas con esta enfermedad y afirmó que “hasta que no se elimine la concepción de indeleble marca de infamia, la lucha contra la enfermedad será larga”.
El texto –firmado por el presidente del Consejo, Cardenal Javier Lozano Barragán– comienza recordando las exhortaciones de San Pablo a los Romanos “llorad con los que lloran” y a los Corintios: “si un miembro padece, todos los miembros padecen con él”.
En el mensaje, el Cardenal Lozano advirtió que mientras “celebramos” el dominio del ser humano sobre esta epidemia, la lepra “sigue siendo letal en al menos nueve países”. Sin embargo, aún más letales que la enfermedad son la vergüenza y la “absurda discriminación” que engendra la lepra, expresó.
“Los responsables de la Iglesia deben prestar atención especial a las estructuras donde el enfermo sufre a veces formas de marginación y carencia de ayuda social”, sobre todo “en aquellos lugares del mundo donde los enfermos más necesitados, a pesar de los progresos de la medicina, carecen de medicinas y asistencia adecuadas”, agregó el Purpurado, citando palabras del Papa Juan Pablo II.
“Gracias a Dios no hay escasez de medicinas y hay organismos específicos dedicados a la lucha contra la lepra”, pero “es necesaria la presencia de infraestructura adecuada y equipos competentes”, añadió el Cardenal.
El Purpurado pidió “que nos sirva de advertencia lo que escribe el Santo Padre para este Año de la Eucaristía: ‘La Eucaristía no es solo expresión de comunión en la vida de la Iglesia; es también proyecto de solidaridad para la humanidad entera’”.