BOULDER,
Unos 250 católicos acompañaron ayer el entierro en los terrenos de una parroquia local de las cenizas de cientos de fetos abortados, que finalmente encontraron cristiana sepultura.
El emblemático entierro ocurrió un día después de cumplirse el 32º aniversario de la decisión de la Corte Suprema que legalizó el aborto en el país.
A pesar de la presencia de algunos abortistas que enarbolaron pancartas defendiendo esta práctica, los creyentes no dejaron de rezar mientras las cenizas eran enterradas en el cementerio de la iglesia del Sagrado Corazón de María de Boulder.
Según se informó, una funeraria contratada por una clínica de abortos para que desechara los fetos estuvo dando las cenizas a la iglesia durante años para que fueran enterradas en una ceremonia especial.
Warren Hern, director de la clínica, dijo que él no tenía ninguna idea que hubiera existido ese arreglo y que su contrato obligaba a la funeraria a enterrar las cenizas en sus terrenos.
La parroquia informó que sólo querían darle a los fetos el entierro que merecían y darle a las mujeres que han abortado un lugar para hacer duelo.