MADRID,
La Decana de la Facultad de Psicología de la Universitat de Valencia, Vicenta Mestre, presentó en la Universidad Católica San Vicente Mártir un estudio donde demuestra que la inestabilidad emocional y la falta de afecto en las relaciones familiares influyen directamente en la agresividad e insensibilidad de niños y adolescentes.
La investigación se centra en un seguimiento realizado a alumnos de la Comunidad Valenciana durante su etapa escolar de 4to. a 6to. grado de educación primaria y otro grupo de alumnos durante sus estudios de 1ro. a 3ro. de secundaria; siguiendo la evolución de estos niños y jóvenes durante tres años.
En su estudio, Mestre identifica que una “elevada permisividad, educación sin normas y una mayor falta de amor en las relaciones familiares” favorecen la agresividad de los niños en el hogar.
“El comportamiento agresivo por parte de niños y adolescentes aumenta en hogares con relaciones familiares hostiles y con excesivo autoritarismo”, afirmó Mestre y agregó que una “educación sin normas y límites también puede acabar con la percepción de abandono” por parte de los hijos respecto a sus padres.
Asimismo, la psicóloga se refirió a la percepción de los alumnos respecto a la disciplina paterna “que se vuelve más laxa” al final de la etapa de educación primaria –hacia los doce años– y continúa disminuyendo durante los cursos de educación secundaria. “Los niños observan mayor flexibilidad y ‘dejar hacer’”, explicó.
Según Mestre, no es un buen síntoma que se perciba esto pues supone una mayor dejadez en el control de los hijos y la aplicación de normas. Estos contextos junto a “hogares sin amor y apoyo, especialmente por parte de la madre, combinado con la permisividad social existente conducen a una mayor agresividad y conducta antisocial”.