Un informe del Centro de Investigación Aplicada de Apostolado de la Universidad Georgetown reveló que la asistencia a Misa en los Estados Unidos se ha mantenido estable durante los últimos cuatro años, a pesar de la crisis por los casos de inconducta sexual entre miembros del clero.
El estudio incluyó diez encuestas que se realizaron desde el mes de septiembre de 2000 –antes que se iniciara el escándalo– hasta septiembre de 2004. En cada una de las encuestas, aproximadamente un tercio de los católicos indicó que asistía a Misa todas las semanas.
La asistencia semanal se incrementó al 39 por ciento en el año 2002 –un mes después de develado el escándalo– y se mantuvo entre el 31 y 35 por ciento durante los siguientes dos años.
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