NUEVA YORK,
El Arzobispo Celestino Migliore, Observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, señaló el lunes ante la plenaria de la 59º Asamblea General que celebra el 10º aniversario del Año Internacional de la Familia, que la institución familiar cumple un papel decisivo en la seguridad y el desarrollo a nivel mundial.
El Arzobispo observó que los debates y programas de Naciones Unidas “se concentran en un concepto de seguridad en amplio sentido que, en el lenguaje de la ONU llamamos ‘amenazas directas’, como el terrorismo y las armas de destrucción de masas; y las ‘amenazas secundarias’, es decir el desempleo, la pobreza, la epidemia del SIDA, la explotación de niños y mujeres, el acceso limitado a la vivienda y a los servicios sanitarios, a la educación y a los medicamentos, todas las cosas que afectan a la humanidad en su vida cotidiana”.
“En este contexto –explicó el Nuncio- mi delegación quiere manifestar su apoyo a la familia, la unidad fundamental de la sociedad, por su naturaleza y por la contribución indispensable que está llamada a dar para lograr la seguridad y el desarrollo”.
“La familia –continuó el Prelado-, más precisamente la unión estable y duradera de un hombre y una mujer, se presenta de inmediato como la forma más natural, más adecuada para garantizar la procreación y por tanto la renovación generacional”.
“No se trata solamente -explicó el Prelado- de traer hijos al mundo, sino de educarlos, la noción económica de ‘capital humano’ es particularmente adecuada en este contexto: como primer lugar de formación del capital humano, la familia es verdaderamente indispensable para el desarrollo”.
“Por tanto, no puede haber acciones en favor de la familia si no existe antes una real voluntad política de promover un modelo”, agregó.