VATICANO,
La Santa Sede dio a conocer hoy el enérgico mensaje enviado por el Papa Juan Pablo II al embajador Wolfgang Petritsch, Presidente de la Primera Conferencia de la Convención de Ottawa sobre la Prohibición del uso de minas antipersona, en la que exige la total destrucción de las reservas de este tipo de armas en el mundo.
En el mensaje papal fue leído en francés durante la cumbre que se viene realizando en Nairobi (Kenya), por el Obispo Giampaolo Crepaldi, Secretario del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” y jefe de la delegación de la Santa Sede.
El Papa comienza manifestando su alegría por la acción emprendida para “erradicar de forma definitiva este azote terrible de nuestra época”.
“Cinco años después de su entrada en vigor –dice el Papa-, la Convención ha pasado a ser para los países que la han ratificado una norma fundamental e ineludible que refuerza la aplicación estricta del derecho humanitario internacional y una prueba tangible de solidaridad entre las naciones y los pueblos”.
“La Santa Sede, que fue una de las primeras en ratificar la Convención quiere contribuir activamente a su aplicación mediante un diálogo sincero y constructivo con los otros Estados firmantes”.
“La Santa Sede ha lanzado una campaña de sensibilización de las Iglesias locales sobre el problema de las minas antipersona, difundiendo numerosas informaciones” y solicita un “compromiso activo” además de “pedir oraciones por las víctimas de las minas y por el éxito de la Conferencia”.