La Conferencia Episcopal Mexicana instaló ayer el nuevo Consejo de Bioética que ayudará a los obispos en su tarea de “iluminar las conciencias sobre las implicaciones éticas de las intervenciones sobre el ecosistema y sobre la vida del ser humano”.
Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de Matehuala y Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar de la que depende el nuevo consejo, explicó a la prensa que el nuevo órgano cuenta con la colaboración con especialistas en diversos campos, tanto científicos como humanistas.
“Este Consejo ha quedado integrado por 24 académicos de diversas disciplinas en calidad de miembros permanentes y por 10 prestigiados bioeticistas de distintas nacionalidades en calidad de miembros honorarios”, informó.
Asimismo, señaló que sus objetivos serán “realizar una investigación interdisciplinar sobre las cuestiones bioéticas; estar en permanente contacto con otros centros de reflexión bioética civiles o religiosos, nacionales e internacionales, y promover, de acuerdo con los lineamientos correspondientes de la Iglesia Católica, una ‘cultura de la vida’”.
Según Mons. Aguilar, “el rápido desarrollo de las ciencias biomédicas y de las tecnologías aplicadas a la vida y a la salud, plantea diversos interrogantes éticos. Junto a la libertad de investigación -que ha de ser alentada- es necesario insistir en la responsabilidad ética y social implicada en la actividad científica”.
La Iglesia se siente “comprometida en la promoción de una ‘cultura de la vida’. El surgimiento de la bioética se constituye en un ámbito de investigación interdisciplinaria que puede favorecer el diálogo entre creyentes y no creyentes, así como entre creyentes de diversas religiones, sobre problemas éticos, incluso fundamentales, que afectan a la vida del hombre”, agregó Mons. Aguilar.