Más de 1.800 voluntarios de la Protección Civil italiana se encuentran desplegados en los alrededores de la Basílica de San Pedro y en todo el centro de Roma para coordinar y facilitar el ingreso de los miles de peregrinos que siguen haciendo fila para poder dar el último adiós al Papa Francisco.
“Nuestra tarea es dar asistencia a los peregrinos, información sobre dónde tienen que ir, las vías de acceso a la basílica; repartir botellas de agua si sale el sol y en ayudar en lo posible a la gente”, asegura Alessandro Saletta, uno de ellos.
Acaba de empezar su turno que acabará esta noche y señala que lo más delicado de su tarea sea probablemente “la afluencia de gente que podría provocar una situación de confusión y de agobio” durante el funeral del sábado.
Italia se está preparando a conciencia para recibir a monarcas, jefes de Estado y de Gobierno y otros representantes políticos de todo el mundo que asistirán a las exequias en la Plaza de San Pedro.
Más de 130 delegaciones internacionales han confirmado la asistencia. Además, se esperan 50 jefes de Estado y 10 reyes.
“Nosotros de la Protección Civil colaboramos más en la zona del Vaticano, mientras que las fuerzas de seguridad italianas, como el cuerpo de los Carabinieri, el ejército o los bomberos vigilan los puntos más sensibles, como la estación Termini o el aeropuerto de Fiumicino”, explica.