Los jefes de Estado de alto rango así como los obispos católicos de China han permanecido notablemente en silencio tras la muerte del Papa Francisco, mientras que las reacciones de los líderes políticos y religiosos de todo el mundo llegaron a las redes sociales pocas horas después del fallecimiento del Papa el lunes por la mañana.
AsiaNews informó el martes que los funcionarios chinos no tienen permitido expresarse públicamente sobre la muerte del Papa Francisco debido al control que tiene el Partido Comunista Chino (PCCh) sobre la Iglesia allí.
El gobierno chino ofreció una breve declaración casi 24 horas después del fallecimiento del Santo Padre, sólo después de que los periodistas preguntaran al portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Guo Jiakun, el martes.
“China expresa sus condolencias por el fallecimiento del Papa Francisco”, declaró, y añadió que “en los últimos años, China y el Vaticano han mantenido contactos constructivos y han mantenido intercambios fructíferos. China está dispuesta a colaborar con el Vaticano para promover la mejora continua de las relaciones entre ambos países”.
Cabe destacar que el PCCh publicó un homenaje al Papa Benedicto XVI tras su fallecimiento hace dos años, declarando: “Encomendamos a Benedicto XVI a la misericordia de Dios y le pedimos que le conceda el descanso eterno en el cielo”. Han pasado varios días desde la muerte del Papa Francisco sin una declaración similar del PCCh.
"Es realmente asombroso porque tienen un acuerdo con el Vaticano", declaró el miércoles Nina Shea, investigadora del Instituto Hudson, a CNA, agencia en inglés de EWTN News. "Es un reflejo de su negativa a reconocer la supremacía de la autoridad papal sobre la Iglesia Católica y de que ven al Papa sólo en términos seculares, como jefe de Estado, la Santa Sede".