VATICANO,
Este viernes, 26º aniversario del inicio de su ministerio como pastor supremo de la Iglesia, el Papa Juan Pablo II pidió a los obispos de África defender la familia, y que los programas educativos resalten que "el amor verdadero es un amor casto" en la lucha contra el SIDA.
Al recibir a los obispos de Angola y Sao Tomé y Príncipe, que acaban de realizar su visita "ad limina", el Papa precisó que los obispos deben proclamar "el mensaje liberador del amor cristiano auténtico" para defender el matrimonio y recordó que "la castidad nos ofrece una sólida esperanza para superar las fuerzas que amenazan la institución familiar, y al mismo tiempo, para liberar a la humanidad del azote devastador del SIDA".
“Hoy más que nunca, Angola necesita paz con justicia; precisa reconciliación, rechazando toda tentación a recurrir a la violencia. Es la hora de una profunda reconciliación nacional; hay que trabajar sin cesar para ofrecer a las generaciones futuras un país donde convivan y colaboren fraternalmente todos los miembros de la sociedad”, señaló.
Al referirse a los jóvenes, el Santo Padre subrayó que "mediante una vida de oración y una vida sacramental sólida permanezcan unidos a Cristo para transmitir los valores del Evangelio en sus ambientes de vida y asuman generosamente su papel en la transformación de la sociedad".
Después de destacar que las escuelas católicas son "un medio especialmente eficaz para asegurar" una formación a los jóvenes, Juan Pablo II dijo que hay que "promover la enseñanza moral y religiosa, también en las escuelas públicas, para crear en la opinión pública un consenso sobre la importancia de este tipo de formación. Este servicio, que puede derivar en una colaboración más estrecha con el gobierno, es una forma importante de participación católica activa en la vida social de vuestros países".
Asimismo, el Papa dijo que era importante que entre los miembros de la conferencia episcopal haya un "intercambio fraterno de ideas y de colaboración”. Así, “seréis capaces de reconstruir las comunidades destrozadas por la guerra, aliviar los corazones heridos y ayudar a las personas que os están confiadas para que progresen en el camino del Evangelio".