El Cardenal Giovanni Angelo Becciu insiste en que podría votar en el próximo cónclave, a pesar de haber renunciado a sus derechos como cardenal y de su posterior condena por malversación de fondos y otros delitos, fallo que actualmente está apelando.
En declaraciones a medios locales italianos el 22 de abril, al partir de su Cerdeña natal hacia Roma para el funeral del papa Francisco, el cardenal Becciu afirmó que quisiera “participar en el cónclave”, afirmando que sus privilegios cardenalicios “permanecen intactos”. Añadió que cree que no hay “ningún impedimento formal o legal para mi presencia en el cónclave entre los electores del nuevo Pontífice”.
Dijo que el fallecimiento del Papa lo había dejado “profundamente conmocionado y consternado”, y agregó que “la muerte, por repentina que sea, no puede borrar siete años de estrecha colaboración, de decisiones compartidas en los niveles más altos de la vida eclesial y de una amistad construida día tras día”.
El ex Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano perdió todos los privilegios cardenalicios en septiembre de 2020, después de que los fiscales del Vaticano presentaran al Papa Francisco los hallazgos de una investigación sobre presuntos delitos financieros.
Como consecuencia, el Papa Francisco le exigió que renunciara tanto a su cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos como a los derechos cardenalicios. Él accedió, conservando el título de cardenal, pero despojándose de los derechos y privilegios asociados al cargo.
Los derechos perdidos incluían el derecho a participar no solo en un cónclave papal, sino también en los consistorios cardenalicios, y el derecho a ser juzgado únicamente por el Papa en asuntos canónicos. En 2021, se convirtió en el primer cardenal en ser juzgado por el tribunal penal del Vaticano.