Por otro lado la Constitución Apostólica Vicariae Potestatis in Urbe (VPU), sobre el vicariato de Roma, estipula que durante la Sede Vacante, el Cardenal Vicario General de la Diócesis de Roma, quien ejerce el gobierno pastoral en la diócesis del Papa, no cesa en el cargo.
“Tampoco cesa en su jurisdicción el Cardenal Arcipreste de la Basílica Vaticana y Vicario General para la Ciudad del Vaticano” puntualiza la UDG. Asimismo, se mantienen los Representantes Pontificios, mientras que el Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y el Tribunal de la Rota Romana continúan sus responsabilidades según sus leyes.
5. Las obligaciones de los cardenales electores
La UDG establece que todos los cardenales con derecho a voto están obligados a ir al Vaticano para elegir al nuevo Pontífice. Sólo se exceptúan aquellos que tienen alguna enfermedad o situación grave que haya sido reconocido por el Colegio de Cardenales. Los que se rehúsen a ingresar al Vaticano o se salgan sin aprobación oficial quedarán excluidos.
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También dejan de ser cardenales electores “aquellos que, antes del día de la muerte del Sumo Pontífice o del día en el cual la Sede Apostólica quede vacante, hayan cumplido 80 años de edad”.
Por otro lado, la Casa Santa Marta, la Capilla Sixtina y las zonas para las celebraciones litúrgicas quedan cerradas a personas no autorizadas. Toda actividad en el Vaticano será regulada para que no afecte el libre desarrollo de la elección.
En este sentido, las personas ajenas a la elección están prohibidas de dialogar con los cardenales y éstos no pueden usar ningún medio para comunicarse con alguien externo al cónclave, salvo que se trate de algo grave y con un permiso especial.
Las personas que deben atender a los cardenales tienen que hacer un juramento y deberán guardar estricto secreto.
6. Las congregaciones de los cardenales
Antes de que inicien las votaciones, los cardenales tendrán congregaciones generales y particulares. En la primera participan todos los electores y no electores que así lo deseen. Mientras que la particular está conformada por el Camarlengo con tres purpurados electores provenientes de las tres órdenes de cardenales (obispos, sacerdotes y diáconos).