Mons. Jorge Ignacio García Cuerva, Arzobispo de Buenos Aires, fue la voz de toda la Iglesia local que, con dolor y esperanza, con lágrimas y gratitud, recibió la partida del Papa Francisco a la Casa del Padre.
Así lo expresó en una conferencia de prensa junto a sus obispos auxiliares, desde la sede de la Arquidiócesis de Buenos Aires, donde durante años pastoreó el entonces Cardenal Jorge Bergoglio.
Pasándose el mate de mano en mano con los demás obispos, Mons. García Cuerva repasó distintas facetas de “el Papa de todos, el padre de todos, el padre especialmente de los pobres y marginados, el padre de la misericordia y el padre de la alegría”.
“Se nos murió el viejo”
Teniendo en cuenta el momento que atraviesa la Iglesia, pidió a los periodistas “evitar cualquier tipo de especulación, cualquier tipo de análisis partidista”, y pronósticos sobre posibles sucesores. Explicó: “Se nos murió el viejo. Yo no quiero pensar quién va a estar en su lugar”.
“Estamos un poco huérfanos de padre, de un padre que amó profundamente a su país, que tuvo que aprender a ser padre del mundo y eso no debe ser nada fácil, y eso a nosotros los argentinos nos costó un poquito”, reconoció, considerando que los argentinos “a Bergoglio no lo hemos dejado ser Francisco”.