El Papa Francisco pidió buscar a Cristo "en lo cotidiano”, acompañando como Él “las lágrimas de los que sufren”, porque la Resurrección hace imposible reducirlo "a un héroe del pasado” o ser indiferente al sufrimiento.
“Él está vivo y permanece siempre con nosotros, llorando las lágrimas de quien sufre y multiplicando la belleza de la vida en los pequeños gestos de amor de cada uno de nosotros”, expresó en el texto de la homilía que preparó para la solemne Misa del Domingo de Pascua de Resurrección que fue presidida en su lugar por el Cardenal Angelo Comastri.

El rito comenzó con el tradicional Resurrexit con el que se invitó a todos los presentes en la Plaza de San Pedro y a quienes siguieron la celebración en directo a unirse al júbilo de la victoria de Jesucristo sobre la muerte.
El Pontífice, que este Sábado Santo sorprendió a un grupo de peregrinos cuando se presentó por sorpresa en la Basílica de San Pedro para rezar, indicó que el anuncio de la Pascua es que “la muerte” no ha podido retener a Cristo, que “ya no está envuelto en el sudario, y por tanto no se le puede encerrar en una bonita historia que contar”.