Tras un intenso debate causado por la decisión de los grandes centros comerciales de Chile de abrir el Viernes Santo, que incluyó la voz de la Iglesia y hasta un proyecto de ley, no hubo acuerdo y la fecha no será feriado irrenunciable.
Luego de que Falabella, Ripley y Tiendas París tomaran la inédita decisión de abrir sus puertas el Viernes Santo, referentes de los sindicatos de trabajadores se reunieron con el Arzobispo de Santiago, Cardenal Fernando Chomali, quien calificó de “lamentable” esta medida.
“Si el Estado de Chile declara feriado el Viernes Santo es porque reconoce en estas celebraciones un bien para los chilenos, en tanto fortalecen los valores cristianos que han nutrido y animado nuestra cultura y nos unen en torno a ellos”, dijo el purpurado.
También entraron en el debate la Dirección del Trabajo, que apoyó el pedido de los trabajadores, y la Cámara Nacional del Comercio, que se manifestó en contra por considerarlo una maniobra de “oportunismo electoral”.
El estado público que tomó la discusión hizo que parlamentarios del oficialismo y de la oposición presentaran iniciativas para declarar el Viernes Santo como feriado irrenunciable. Sin embargo, el Poder Ejecutivo rechazó la urgencia del proyecto.
La Dirección del Trabajo emitió entonces un dictamen por el que aquellos trabajadores que en años anteriores no trabajaron para esta fecha, gozarán de su “día de descanso adquirido”.