El P. Luis Carlos Hernández, sacerdote de la Diócesis de Ávila, afirma que lo más probable es que Santa Teresa de Jesús hiciera ejercicios espirituales ignacianos, pero en modalidad adaptada y que, en todo caso, su evolución espiritual sigue el proceso diseñado por San Ignacio de Loyola.
Así lo ha asegurado durante su participación en el ciclo de conferencias Tratar de amistad: la aventura del deseo de Dios, según Santa Teresa, organizada por la Universidad Católica de Ávila, que ha versado sobre Santa Teresa y la dirección espiritual, una luz en el camino.
Tras realizar un recorrido por la experiencia de la dirección espiritual de esta Doctora de la Iglesia a lo largo de los años, el P. Hernández expuso que “posiblemente hizo unos ejercicios acomodados o adaptados, siguiendo la anotación 18” que permite adecuar sus meditaciones y tiempos “ a las circunstancias de las personas”, señaló.
Estos acercamientos a la experiencia de los ejercicios espirituales se dieron, en primer lugar, con el P. Diego Cetina, aunque sólo coincidieron durante tres meses en Ávila.
Con posterioridad, durante su estancia de tres años en casa de su amiga Doña Guiomar de Ulloa, cabe la posibilidad de que la santa reformadora del Carmelo pudiera recibir “algo ya más sistemático” a través del P. Juan de Prádanos, su confesor entre 1555 y 1558.
El P. Hernández detalló que, más allá de tener la certeza de que la santa de Ávila realizara completos, durante un mes, los ejercicios ignacianos, es llamativo cómo “hay muchos paralelismos” entre la evolución espiritual que dejó por escrito Teresa de Ahumada y Cepeda y “todo el proceso de los ejercicios espirituales”.