Además del Velo de la Verónica ¿qué reliquias de la Pasión de Jesús conserva la Basílica de San Pedro?

Así se curó milagrosamente un emperador romano con el Velo de Santa Verónica Santa Verónica. Crédito: Dominio Público Wikimedia Commons

El 6 de abril, correspondiente al quinto domingo de Cuaresma, se llevó a cabo la tradicional exposición del Velo de la Verónica para la veneración de los fieles en la Basílica de San Pedro en Roma, renovando un rito de antiquísima tradición de la Iglesia Católica. 

Esta reliquia, también conocida como la Santa Faz, es el paño con el que, según la tradición, Santa Verónica habría enjugado el rostro de Cristo durante su camino al Gólgota.

Aunque la figura de Verónica no aparece en los Evangelios canónicos, su historia ha sido transmitida desde el siglo VII y ganó gran popularidad en el siglo XV. 

Existen múltiples velos atribuidos a Verónica en todo el mundo, siendo los más destacados los conservados en la Basílica de San Pedro en Roma y en el Santuario de la Santa Faz en Manoppello, en la región italiana de los Abruzos. Este último fue adquirido por el monasterio de los capuchinos en 1638. La autenticidad de estas reliquias ha sido objeto de debate, aunque la presencia del velo en Roma está documentada desde principios del siglo XI. 

Sin embargo, además del Velo de la Verónica, la Basílica de San Pedro alberga otras reliquias de gran importancia, vinculadas a la Pasión de Cristo, resguardadas en los cuatro pilares que sostienen su majestuosa cúpula, diseñada por Miguel Ángel.

Bajo la cúpula de la Basílica de San Pedro se encuentra el imponente baldaquino de Bernini. Crédito: Daniel Ibañez/EWTN News
Bajo la cúpula de la Basílica de San Pedro se encuentra el imponente baldaquino de Bernini. Crédito: Daniel Ibañez/EWTN News

Cada uno de estos pilares contiene un nicho con la estatua de un santo y una reliquia asociada: 

El Pilar de Santa Verónica, representado por la estatua de la santa, obra de Francesco Mochi, alberga el paño antes mencionado.

Pilar de Santa Verónica, representado por la estatua de la santa, obra de Francesco Mochi. Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News

En cambio, el Pilar de Santa Elena resguarda un fragmento de la Vera Cruz, la Cruz en la que fue crucificado Jesús. Santa Elena, madre del emperador Constantino, es conocida por haber descubierto la Cruz en Jerusalén. En el Pilar figura la estatua de la santa, realizada por el artista italiano Andrea Bolgi, mientras sostiene una cruz, simbolizando su hallazgo. 

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Por otro lado, el Pilar de San Longinos, contiene la reliquia de la punta de la Lanza Sagrada, con la que, según la tradición, el centurión romano Longinos atravesó el costado de Cristo en la cruz. 

La estatua que está en el tercer pilar que sostiene la cúpula representa muestra al soldado en actitud de conversión y fue esculpida por Gian Lorenzo Bernini entre 1628 y 1638.

La estatua fue esculpida por Gian Lorenzo Bernini entre 1628 y 1638. Crédito: Daniel Ibañez/EWTN News

El cuarto pilar llamado de San Andrés guarda una curiosa historia. Originalmente albergaba el cráneo de San Andrés, hermano de San Pedro y uno de los doce apóstoles. La estatua de San Andrés, obra del escultor flamenco, François Duquesnoy, representa con la Cruz en forma de aspa en la que fue martirizado. Esta obra fue encargada por el Papa Urbano VIII. Sin embargo, en septiembre de 1964, el Papa Pablo VI devolvió esta reliquia a la ciudad de Patras, en Grecia, como gesto de amistad hacia la Iglesia Ortodoxa.

La estatua de San Andrés, obra del escultor flamenco, François Duquesnoy. Crédito: Daniel Ibañez/EWTN News

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