La autoridad financiera del Vaticano informó una caída significativa en los informes de actividades sospechosas en 2024, atribuyendo la disminución a un “refinamiento progresivo” en el proceso de selección en lugar de una menor vigilancia, según su informe anual publicado el miércoles.
La Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF), el organismo de control financiero del Vaticano, recibió 79 informes de actividades sospechosas en 2024, en comparación con 123 en 2023, lo que representa una disminución de aproximadamente el 36%.
“En este contexto, una reducción numérica es una noticia positiva pues representa un aumento en la calidad y no una reducción en la atención por parte de los entes informantes”, afirma el informe difundido el 9 de abril.
Aunque se recibieron menos informes, la ASIF transmitió 11 reportes a la Oficina del Promotor de Justicia (el fiscal del Vaticano) en 2024, la misma cantidad que en 2023, lo que sugiere una mayor precisión en la identificación de actividades financieras potencialmente delictivas.
“Esto se evidencia en la calidad de las relaciones y las diversas formas de cooperación con las autoridades nacionales e internacionales, así como en los buenos resultados alcanzados por el IOR [Instituto para las Obras de Religión]”, escribe Carmelo Barbagallo, presidente de la ASIF, en la introducción del informe.
El informe detalla que, de los 79 informes de actividad sospechosa recibidos, 73 provenían del banco del Vaticano, el Instituto para las Obras de Religión, y 36 de ellos estaban relacionados con jurisdicciones de alto riesgo. Diversas autoridades de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano presentaron los seis informes restantes.