MADRID,
En su última carta pastoral, el Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Cardenal Antonio María Rouco Varela, se refirió a su reciente intervención quirúrgica en el Hospital Gregorio Marañón y a los días de recuperación en su domicilio y agradeció a todos los que estuvieron unidos a él por la oración.
Han sido momentos excepcionales "para experimentar la fuerza salvadora y el gozo del amor cristiano, del que tiene como centro y fuente de donde mana a la persona de Jesucristo y el Misterio de su amor misericordioso", compartió el Purpurado.
"Al que sufre -añadió-, el Señor le da la ocasión de unirse más íntimamente a él en su Pasión y Cruz para la reparación de esa historia personal de ingratitudes y de alejamientos respecto a él a la que nadie es ajena".
El Arzobispo destacó que la ocasión ha sido oportuna para “pedir perdón y ofrecer verdadera penitencia por los pecados de la vida pasada y sentirse perdonado: querido con amor misericordioso. Pero sobre todo permite asociarse a él en el Misterio de ese amor reparador que es el que verdaderamente salva, cura, consuela y da nueva vida a los hombres hermanos".
Finalmente, el Cardenal agradeció el haber podido compartir "el dolor, cristianamente, con tantos enfermos, diocesanos y diocesanas de Madrid, hermanos e hijos queridos" hospitalizados como él en el Gregorio Marañón, y explicó que "sufriendo juntos, hemos servido juntos al Señor y a su designio de salvación y misericordia para con todos nuestros hermanos".
"También para el Madrid de hoy – añadió- el dolor, vivido en el Misterio del Amor de Cristo Crucificado, es el que verdaderamente salva", concluyó.